El negocio de los antocóridos
Los antocóridos son un grupo de chinches hemípteros, del mismo orden de los pulgones, la mosca blanca, o la famosa psila del peral.
Desde luego, toda esa gente no tiene por qué caerte bien, pero este caso es distinto, ya que los antocóridos son depredadores, por lo que no te supondrán problemas para sacar adelante tu cosecha.
Generalmente, todos estos hemípteros tienen una especie de «pico», parecido a una jeringuilla. Con él, pinchan su alimento y le sorben sus jugos nutritivos, un poco como hacían los bichos-cerebro de la peli «Starship troopers«.
Mmm…Cereeeebrooossss
El problema viene cuando estos bichos se alimentan de jugos de plantas, ya que absorben la savia, provocando el debilitamiento de la planta, e infecciones por parte de virus y bacterias. Y además, expulsan melazas que suelen ser fuente de suciedad que impide la fotosíntesis.
Todo un chollo para el agricultor, vamos.
Sin embargo, los antocóridos hacen esto mismo, pero con cualquier bicho de cuerpo blando que se les ponga a tiro, ya sean huevos, larvas, pupas o adultos de psilas, pulgones, escamas, trips, moscas de la fruta, lepidópteros (no adultos de estos dos últimos), o cualquier otro que tenga la mala idea de pasar por ahí en ese momento.
Antocórido dándose un atracón de lo que parece ser algún tipo de escama. Si te fijas, verás algunos pellejos vacíos por d0nde ya ha pasado el antocórido.
Los adultos pasan el invierno en una especie de hibernación, refugiados entre la vegetación, la hojarasca del suelo o montones de piedras. Así, el primer día de primavera están listos para moverse hacia tus cultivos en busca de un poco de chicha que llevarse al pico, después de unos meses de ayuno.
En ese momento, las hembras comienzan a poner huevos (pueden tener varias generaciones al año), de donde saldrán unas ninfas (como los adultos, pero sin alas ni órganos sexuales), que empezarán a darles lo suyo a todos esos bichos que te estaban haciendo la puñeta en el cultivo.
Ninfa atacando a una larva de mosca de la fruta. Las manchitas blancas en el abdomen, serán las futuras alas.
Obviamente, unas características tan buenas como controladores de plagas, no iban a pasar desapercibidas para la agroindustria, que ahora se camufla de control integrado para seguir sacando tajada del agricultor despistado.
Porque el otro día, en una de esas charlas sobre casos de éxito en la RBP, los agricultores me decían que estaban aplicando antocóridos contra la psila.
Dentro de que son cepas reproducidas en criaderos industriales, que no sé de donde vienen, y que su efecto en el ecosistema es como si soltáramos millones de leopardos en el campo (pero a pequeña escala) me parece un paso adelante con respecto al viejo «dame el veneno más jodido que tengas contra este bicho», con el que llevamos toda la vida.
Antocórido atacando a una pupa varias veces más grande que él
Sin embargo, ¡oh, sorpresa!, resulta que los distribuidores han insistido mucho a los agricultores con que «el producto» (los bichos), hay que echarlos todos los años para que tengan efecto. ¿Y cómo es que hay que echarlos todos los años, si son seres vivos que se reproducen ellos solitos?
Pues muy fácil, porque este primer paso (que insisto, me parece bien) hacia la gestión integrada de plagas, no se ha visto reforzado con absolutamente ningún otro paso hacia el objetivo de crear agrosistemas sanos y sostenibles (y el hecho de que las empresas, fabricantes, y distribuidores tengan que comer todos los días, tiene mucho que ver en esto).
Así que, resumiendo; cuando los antocóridos se han comido todos tus bichos plaga, todos los bichos que te eran indiferentes y hacían de «despensa ambulante» para los demás depredadores, y a todos aquellos bichos que te eran beneficiosos (como los sírfidos, o las crías de araña, por ejemplo), ¿qué van a comer?
Y si además has regado convenientemente tu terreno con herbicidas, tal y como te ha recomendado el distribuidor para que tu campo «esté limpio», ¿Dónde se van a refugiar?
Y en definitiva; cuando los antocóridos, pobritiños míos, no tengan refugio, ni alimento, ni perrito que les ladre ¿qué van a hacer?
Pues tienen dos opciones: o se van, o se mueren. Y no hay más.
Sin embargo, si tienes una serie de estructuras que hayan permitido la formación y mantenimiento de un agrosistema maduro y atractivo, estos refugiados podrán quedarse en los alrededores de tu terreno, esperando a que lleguen tiempos mejores, en los que volver a ponerse ciegos de chupar pulgones y otros bichos.
Porque además, los antocóridos tienen una buena ventaja, y es que pueden alimentarse de polen y néctar en época de escasez, así que con buenos bancales de insectos y setos vivos, que tengan flores todo el año, te asegurarás de tener una buena población de éstos rondando tus tierras, a la espera de poder dejar la ensalada para pasar al chuletón.
A falta de chuletón, habrá que conformarse con ensalada…
Así que si no quieres palmar pasta y depender de una agroindustria cada vez más enloquecida, ya sabes: no abandones a tus antocóridos. Ellos nunca lo harían.
Si te ha gustado este post, puedes ayudarme compartiéndolo en tus redes sociales para que otros puedan disfrutarlo.
Y si tienes cualquier duda o comentario, puedes contármelo en los comentarios de debajo, en mi twitter @elverdecillo1, o en mi facebook “elverdecillo.com”.
Me ha encantado el post sobre los antocóridos . Es muy instructivo y muy fácil de entender a una persona como yo que no tiene ni idea de insectos. Me ha gustado mucho y he aprendido mucho. Luis con un año que echen antocóridos a sus cosechas los agricultores tienen bastante, pues se reproducen y al año que viene habrá una nueva generación para cuidar (comerse los bichos) de los agricultores. Ahora si el agricultor echa insecticida, es gastar dinero doble y estropear más su ecosistema y su tierra. Creo que a esos agricultores les haría falta una de tus charlas para aprender y no dejarse engañar por los vendedores. Gracias de verdad Luis por este post porque he aprendido mucho y de un tema del que no tengo ni idea. Pero esto de los antocóridos se me ha quedado con sólo leerlo una vez. Son unos insectos muy majos.Saludos.
Me alegra que te hayan caído bien los pequeños antocóridos, Margarita 😉
En cuanto a lo de las charlas, llevo años en ello. No es fácil, pero siempre ves a alguno que muestra verdadero interés en estos temas.
Y son ellos los que van a empezar a probar algo nuevo, para cambiar luego las mentes de su alrededor.
No es fácil, pero creo que es el camino correcto.
Abrazos
excelente material.. gracias.